VÁYANSE POR LOS CHESCOS
Si en “Somos lo que hay”, Jorge Michel Grau ya daba inclinaciones
por el melodrama con actuaciones que gozaban de un aire televisivo,
en “Chalán” confirma estas sospechas y observamos una película
televisiva coproducida por el IMCINE y Canal 22 que además de contar
con el formato de una hora apto para la caja idiota, usa a sus
actores como en aquellas series del 5, del canal 11 o del 28, muy en
sintonía con el melodrama televisivo mexicano que bebe de los
formatos estadounidenses.
Es
casi inevitable que el cine mexicano desenboque en el melodrama, pero
algo que caracteriza a Michel Grau y que observamos en “Chalán”
es cierto aire fársico en las actuaciones. Juan Carlos Remolina como
el diputado Aldape es el típico jefe déspota que pareciera salido
de una caricatura. Ari Brickman, quien interpreta a otro diputado es
como el diablo disfrazado de ángel, aquí como un licenciado
igualmente caricaturizado. Luego están los guaruras quienes también
tienen el estereotipo a todo lo que da, en especial Marco
Antonio Argueta cuya prepotencia y agresividad suelen ser asociadas
con estos personajes. Antonio Zúñiga como el otro guarura luce más
mesurado, aunque su caracterización y el tono de su voz también
hagan que cumpla con el efecto caricaturesco.
Si alguien desentona, naturalmente, es el chalán del título,
interpretado notablemente por Noé Hernández, quien es un actor de
drama atrapado en una farsa. El chalán, a diferencia de todos los
otros personajes es un tipo común del cuál abusan todos debido a
ser considerado como un ser inferior. Este corre ve y dile tiene que
aguantarle a su jefe todas las humillaciones, hacerle los mandados a
los guaruras, arriesgarse por el patrón y sufrir estoico sendas
golpizas. Humilde pero a mucha honra, este malhumorado chalán tendrá
que probar hasta ver hasta que punto puede llegar su devoción por el
jefe o de plano decir basta ante tal abuso de poder.
Si bien la factura es casi completamente televisiva, la cinta no deja
de tener bastantes cosas notables. La escena entre los diputados pasa
de ser un duelo de ping pong a una muestra de poder, pues uno de los
diputados se despacha al otro haciéndole ver su suerte para que
apruebe cierta enmienda educativa para seguir teniendo niños gordos que puedan comprar sus refrescos
en la escuela. No es un detalle menor tomando en
cuenta que en el “Lincoln” de Spielberg hay una escena
exactamente igual entre dos congresistas, donde uno se despacha al
otro para que vote a favor de cierta enmienda para abolir la
esclavitud. Es cierto que no es lo mismo tener a un actor del calibre
de Tommy Lee Jones que a uno eficiente como Juan Carlos Remolina o
una producción de Steven Spielberg que una televisiva, pero la única
diferencia entre el desarrollo de la escena pareciera ser que
mientras en “Lincoln” la corrupción es idealista, en “Chalán”
la corrupción nada más busca los intereses personales. Vaya, las
diferencias radican más en ese valor de producción, pero el
concepto de la escena es extraordinario.
Existe también una gran secuencia animada con los diputados
involucionando en una especie de gusanos parásitos frente al
congreso que resulta inesperadamente valiente por como tergiversa el
uso de algunos símbolos patrios. Las interacciones entre Alan (el
chalán) y los guaruras gozan de una jocosa animosidad. Y el diputado
es igualmente despota con los guaruras por lo que entendemos que pese
a las diferencias, el Alans pueda tener cierta empatía o camaradería
con cierto guarura incluso tras un ríspido momento. Jorge Michel
Grau es un tipo que sabe como manejar el relato y tiene el beneficio
de un formato corto, excelentes actores y una edición que hace
que la cinta no se sienta como viñetas separadas, sino como un
relato corto sobre el oprimido que no estará dispuesto a aguantar
más los abusos del patrón.
El anuncio como la primera película mexicana con streaming gratuito por internet luce entusiasta pero no completamente cierto tomando en cuenta que "Revolución" gozó de estreno gratuito en la red y también en televisón abierta, pero es bueno saber que el cine en el caso de "Chalán" busque aprovechar nuevos formatos de exhibición. Si bien existen trabajos recientes con más valores cinematográficos
sobre el trabajor abusado por el patrón como “A Primera Hora”
(De bon matin), o bien otros más simpáticos como “Quiero matar a
mi jefe” (Horrible Bosses), “Chalán” es una cinta que funciona
demasiado bien en su formato debido a su eficiencia en todos los
rubros. Desde el inicio se plantea como una especie de versión del
suceso del señor de las ligas, pero con un protagonista que funge
como héroe de la clase trabajadora. Un señor de las ligas para el
deleite del proletariado.
Antojito mexicano: No
lo sé, pero en lo que lo pienso usted puede mandar a su chalán por
unas tortas.
Posibilidades
de Ariel: La factura televisiva podría no ser del agrado de la
Academia, pero anote a Noé Hernández como Actor y a Juan Carlos
Remolina en Coactuación Masculina como posibles sorpresas. La
edición y el maquillaje también tienen posibilidades. La música
compuesta por Pascual Reyes tendría más chance si tuviera una
presencia más constante.
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