domingo, 7 de abril de 2013

"Años después"

EL ABUELO Y YO

“Años después”, el debut en ficción de Laura Gárdos Velo, es una de las cintas más endebles que haya dado el cine nacional el año pasado. La cinta desperdicia casi cualquier oportunidad de relevancia debido a la falta de pericia de prácticamente todos los involucrados. En realidad la historia es una buena idea pésimamente ejecutada, la película habla de un anciano gallego que peleó hace muchos años con su hija, la cual deció autoexiliarse a México para nunca más hablar con su padre. Años después gracias a la magia de internet, un joven adulto de 35 años llamado Andrés se entera que tiene un abuelo, al que nunca conoció pues su madre le había contado que éste había muerto.

Este entramado narrativo pareciera que tiene todos los ingredientes para un suculento platillo: el conflicto padre-hija, el surgimiento de una relación entre la vecina del abuelo y el nieto que intuimos tendrá un desenlace romántico pero existe el conflicto de que uno de los dos está comprometido, una estructura dramática que va del presente al pasado para contarnos lo que sucedió años atrás para averiguar la razón del pleito al tiempo que vemos su posible solución en el presente cuando el nieto decide ir a visitar al abuelo perdido a España, lo cual a su vez causa un conflicto con la rencorosa madre autoexiliada.

Bastaría una dirección más competente para hacer de “Años Después” una cinta funcional pero el principal problema viene a partir de la tibia dirección, que toma decisiones que parecen escamotearnos todo dejo de interés pues acentuán en demasía lo que va a suceder. Por ejemplo, ese recalco que se hace entre la vecina y Andrés nos hace intuir romance, pero Laura Gardós en vez de complicarlo con el hecho de que Andrés está comprometido, parece más interesada en hacer las cosas obvias por lo cual no parece haber un conflicto, sabemos cuál es la decisión que va a tomar Andrés practicamente desde el inicio. La dirección de actores también es lamentable, la directora termina filmando varias escenas con los personajes cambiando arbitrariamente de humor durante la misma escena, en un momento están enojados y al otro parecen los seres más optimistas, no porque sean personajes complejos sino porque pareciera que los actores no están entendiendo a su personaje o la escena misma.

El guión pese a tener una premisa interesante, se nota que tiene una falta de trabajo en detalles que resultan importantes. Por ejemplo, los personajes en ciertos momentos terminan contradiciéndose a sus acciones casi de la misma forma en que contradicen su estado de ánimo. La hija exiliada interpretada por Angélica María, por ejemplo, que se ha mantenido alejada de su padre por años debido a que lo culpa por lo que sucedió en el pasado cuando el abuelo trabajaba para el gobierno franquista, está definida por el guión como una mujer rencorosa que se niega a hablar con su padre debido a esto. Sin embargo, más adelante pareciera que no tiene tanto inconveniente en ser más tolerante con otro personaje al cual no tendría razón alguna para no guardarle rencor. Pareciera que Laura Gárdos, quien funge como directora-guionista, está más interesada en darnos soluciones rápidas sin importar que estas traicionen a sus personajes.

El concepto de reconciliación familiar no está mal, pero la ejecución carece de rigor. Observe por ejemplo una cinta como “La llave de Sarah” (Elle s'appelait Sarah) que goza de una estructura dramática similar que viaja del presente al pasado, en este caso del holocausto tras la redada perpetrada por los propios franceses para encerrar a judíos en el velodromo al tiempo actual donde una periodista hurga en el pasado familiar tras un reportaje sobre la redada. En ella existe ese mismo espíritu de reconciliación sin traicionar el humor de los personajes, por ello cuando el conflicto tiene que acentuarse las cosas se vuelven bastante duras, sin importar que el espíritu sea optimista. Incluso al final los personajes son congruentes con lo que hemos visto por lo que si bien deciden cosas que no sean tan agradables, esa congruencia hace a los personajes interesantes.

En “Años Después” el tono optimista corta con la congruencia de los personajes, principalmente de uno que es rencoroso y otro que es malhumorado. En vez de una transición vemos como cambian arbitrariamente porque Laura Gárdos carece de la confianza que exigía el libreto para acentuar los conflictos y en vez de dorarnos la píldora, relatar con crudeza cuando había que hacerlo y dejar que los personajes fueran contrarrestando esos sentimientos de odio hacia uno de perdón. Debido a esto la cinta avanza sin ningún conflicto aparente ya que nos recalcan siempre con prontitud como van a terminar las cosas.

Y luego están los actores, de los cuales el único rescatable es Celso Bugallo quien está mas o menos bien como viejito refunfuñón. Los demás o bien exageran, gritan o mantienen el mismo tono plano, ya sea por falta de talento o de un arco dramático mejor narrado que les permitiera brindar más emociones. Los que interpretan los hechos del pasado de plano pareciera que están usados como parte de la decoración y nada más hacen avanzar la historia para que nos enteremos de porque el pleito entre la hija y el abuelo. En ese rubro la decoración o el diseño de arte del pasado bien pudiera ser lo mejor de la cinta. Las calles se sienten como de una España vieja donde los ciudadanos lucen atemorizados por el gobierno.

Laura Gárdos tendrá que trabajar mucho para pulir su arte, sin duda que tiene buenas ideas pero una cinta así requiere de una técnica mucho más depurada o al menos de un poco de técnica. Por lo pronto, nos quedamos con una cinta de reconciliación familiar que pertenece a lo más flojo del cine mexicano del 2012.

Antojito mexicano: Un lomo de puerco agridulce, pero uno en donde como no se entendió la receta quedó demasiado dulce.

Posibilidades de Ariel: Ninguna, al menos que usted sea optimista y considere el premio a mejor largometraje estudiantil (ópera prima) en el Big Island Festival hawaiano y quiera colocarla en ese rubro. Y si de plano uno quiere ser muy dadivoso Celso Bugallo en coactuación masculina y el diseño de arte podrían ser considerables pues son lo único que funciona, aunque uno es negativo pues hay bastante mejor competencia en ambos rubros entre las posibles nominadas.

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