domingo, 6 de enero de 2013

“Interior / Exterior”

UNA EMANACIÓN DE AGUA HASTA LA DESEMBOCADURA DE LA CULTURA JAPONESA



Imágenes, fotografías, arte, cabezas parlantes. Como una ebullición de bellas  imágenes que se evaporan ante nuestros ojos aunque uno quisiera ponerlas en pausa hasta el infinito, el documental creado por Mauricio Novelo nos entrega una inmersión a la cultura japonesa a través de la mirada de sus artistas. Un collage cinematográfico que luce más como una colección de proverbios sobre como los japoneses entienden la conjunción de fenómenos opuestos no como algo contradictorio, sino como dos caras de la misma moneda, o más bien como un espectro que fluye en ambas direcciones, como en aquel lugar donde se juntan los ríos con los mares, lo dulce con lo salado.
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El inicio nos engaña al hacernos pensar que todo será una colección de opuestos, pero evocando un trabajo más fotográfico que cinematográfico, los cineastas recorren el Japón contemporáneo hablando de arquitectura, danza Butoh, escultura, tatuajes, cine, lenguaje y hasta pornografía, porque la pornografía es la que refleja el lado más honesto de una sociedad.
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Aunque en realidad a Mauricio Novelo no le interesa mucho hablar de dichas doctrinas artísticas de un modo común. Lo que le interesa es transmitirnos con imágenes  y luego con palabras de qué cultura están surgiendo las imágenes que observamos. Si el lenguaje japonés se interesa más en compartir sentimientos que significados, es natural que Novelo busque retratar con imágenes que le den nuevo significado a las reflexiones.
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Asi, el trabajo de los artistas es combinado con la gente común que recorre las calles, paseando en trenes, observando a la cámara. Son los artistas quienes reflexionan sobre las imágenes: los arquitectos sobre como el Japón antepone la decoración a la estructura, los pintores sobre la expresividad del color, los dibujantes sobre la perdida de la realidad que provocan los dibujos animados la cual es equiparable al apocalipsis.
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Haciendo pequeños ensayos al aire sobre como expresar esas dualidades llega una discusión sobre el arte que habla de como éste difícilmente puede verse como una ciencia. He ahí llega el arte fotográfico, cuyo padre es la ciencia y cuya madre es el arte, ese oficio donde ambas cosas son igual de importantes,  la técnica al servicio de la belleza.
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Entablar un diálogo con esta película es como una danza que adquiere más energía en el momento en que menos se mueve, con imágenes  que quisieramos que fueran eternas pero en realidad son como un tatuaje que eventualmente tiene que morir con su creador, pues se evaporan ante nuestros ojos sin que podemos hacer nada ante el movimiento, ese lugar  donde la fotografía se transforma en cine.
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Uno de los documentales más bellos del cine nacional.
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Antojito mexicano: Un sushi, pero con harto chile.

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