jueves, 10 de enero de 2013

"Ciclo"

HERMANOS DE BRONCE

Existen historias donde algún personaje sin saber porqué decide realizar alguna locura que no luce un propósito bien definido más allá de la aventura. Al observar "Ciclo", uno recuerda a aquel episodio de "Forrest Gump" donde Forrest simplemente decidía cruzar el país corriendo y sin saber porqué la gente lo persiguía como si se tratara de un héroe con una meta bien definida, aunque Forrest sólo tuviera ganas de correr. En "Ciclo", nos cuentan la historia de como los hermanos Arturo y Gustavo Martínez decidieron hace más de 50 años emprender un viaje en bicicleta de México a Canadá con sólo 100 dólares en el bolsillo y un gran entusiasmo que logró contagiar a los periódicos, los cuales siguieron su historia durante su recorrido de ochenta y pico días. "Ciclo" empieza entonces reflejando esa electrizante energía que provoca la aventura.

 Vemos a los dos hermanos bromear mientras se preparan para realizar, 53 años después, el mismo recorrido que hicieran cuando eran unos jovenzuelos de veintitantos años, ahora acompañados por su hija-sobrina que los filmará mientras ellos nos van platicando lo que les había ocurrido en aquellos lugares y donde también observan como es que estos mismos lugares han cambiado. El simpático Gustavo bromea sobre lo sencillo que luce trazar el recorrido sobre un mapa en comparación con realizar el recorrido mismo, mientras que el más serio Arturo nos muestra su buena condición física realizando rutinas de ejercicio como para mostrarnos que estos ahora jovenzuelos de setenta años siguen conservando su vitalidad, esa alegría de sentirse vivos y prepararse para una nueva aventura.

En estos primeros minutos el espectador se contagia y sigue con el mismo entusiasmo a estos dos Forrests de la bicicleta fascinado por lo que hay que descubrir en el camino, como si uno mismo hubiera hecho ese viaje años atrás gracias a lo bien que lo describen frente a la cámara y a la camaradería de los hermanos. Uno imagina que la historia debe ser casi como una leyenda dentro de la familia de la directora, uno entiende porqué esa necesidad de contar esta historia se vuelve importante para ella y en estos primeros minutos logra transmitirnos ese sentido de la memoria, la importancia de contrastar el pasado con el presente sin perder un atisbo de energía.

La directora, la cineasta Andrea Martínez Crowther (Cosas Insignificantes) no puede tener un punto de vista objetivo, pues el documental cuenta la historia de su padre y su tío. En algún momento, nos cuenta que por lo mismo ella no puede evitar ser parte de esta historia, pues es la historia de su familia. El entusiasmo inicial se pierde pronto cuando los dos hermanos comienzan a mostrar nostalgia por el hogar. Conocemos el presente, con Gustavo como un sobreviviente frente al cáncer y con Arturo lidiando con la preocupación de una esposa senil que ha comenzado a perder la memoria, he ahí la importancia de recuperar la suya. Como si se tratara de un antihistamínico los síntomas de la fiebre inicial se calman y el viaje empieza a perder importancia. Ya no nos importa tanto la lucha heroica que se vivió por llegar a Canadá, sino el llegar al añorado hogar. 

Estos héroes de bronce tienen sus mejores momentos cuando el documental es una road movie en la cual conviven con otros personajes en los mismos lugares que pisaron 50 años antes.  Se vuelve algo más convencional cuando habla del presente y nos indica que ahora la importancia del viaje es llegar con la familia para celebrar en vida con un son jarocho, aunque la idea del son jarocho sea tomada de una celebración surgida de la muerte.  Y es que "Ciclo" tiene ese tipo de contrastes muy marcados que hacen que se sienta como un documental un tanto desbalanceado, pero que compensa con su incesante pedaleo para llegar a la meta a como dé lugar.

Y es que al enterarnos de la historia de la familia Martínez durante el trayecto, vemos como el viaje se transformó de una memorable aventura en un episodio que cambió las vidas de los personajes, un viaje para echar raíces. Los dos hermanos resultan ser entrañables, pero el tiempo toma factura y a la cineasta también le gana la nostalgia del presente, la cual vence a la energizante nostalgia del pasado. En cierta forma uno como espectador lo resiente pues uno espera la promesa de una cinta positiva sobre una heroica hazaña de juventud y uno termina obteniendo un humano relato sobre el paso del tiempo a través de los recuerdos del pasado. 

Ya no se trata de la aventura, se trata de con quien la compartes.

Antojito mexicano: Unos hot cakes con mucho maple canadiense.

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