BAJO EL MISMO TECHO
Las vicisitudes de un matrimonio no lucen como ninguna novedad en el
cine mexicano comercial. Si bien fueron puestas de moda nuevamente en
los noventas con proyectos como “Cilantro y Perejil” o “Sexo
Pudor y Légrimas”, uno sigue encontrando este tipo de
aproximaciones con trabajos recientes como “7 años de matrimonio”,
“Labios Rojos” o en el caso en cuestion: “Aquí entre nos”.
Si bien “Aquí entre nos” se enfoca en la relación entre el
arquitecto Rodolfo Guerra y su esposa, le añade a la fórmula de
matrimonio en problemas a tres hijas buena onda convirtiendo a la
cinta en un producto mucho más familiar, de no ser porque habrá
algún desnudo que pueda hacer a la cinta no apta para toda la
familia. La familia Guerra le hace honor a su nombre y parece estar
siempre en conflicto. Cierto día en el que el padre de familia
decide no ir a trabajar nada más porque le dió flojera, éste se va
dando cuenta de que no sabe nada de su familia: su esposa lo trata
mal, su hija mayor tiene un novio mayor, la hija de en medio mete al
novio a la casa a escondidas y la hija pequeña es la única que le
muestra afecto desmedido.
Estas viñetas familiares parecieran algo desarticuladas aunque la
cinta logra más o menos encontrar un equilibrio, por lo que aunque
por momentos ciertos personajes desaparezcan o saltemos de una escena
a otra, los personajes siempre dan una breve explicación sobre como
llegaron a esa escena o de que fue lo que sucedió. En ese sentido la
película no goza de un desarrollo armonioso, pero bajo la superficie
de una comedia de enredos eso termina por importar poco pues lo
importante es pasar de una escena graciosa a la otra encontrando
balance entre los personajes, los cuales gozan de buenas actuaciones.
Jesús Ochoa como el señor Guerra logra darle ese equilibrio a su
personaje entre tipo malhumorado pero carismático que lo mismo puede
darle un cumplido a su mujer durante una cena y al minuto siguiente
lanzarle un insulto con gracia para deleite de toda la familia,
excepto de la esposa. Carmen Beato por su parte como la señora
Guerra luce muy divertida en su papel, sin tomarse las cosas muy en
serio se la pasa insultando a su marido a la menor provocación.
Diana García le inyecta a su papel esa dulzura y mal humor similar
al de su padre (observe como se usa “Piel Canela” en versión de
Los Panchos y luego en versión de Natalia Lafourcade para reflejar
esa similitud), Giovana Fuentes luce como la hermana guapa de Belinda
dándole a su personaje un carácter aterrizado por más que el meter
a su novio al sótano parezca indicar lo contrario y la pequeña
Camila Risser es usada como la simpática pequeña que no deja de
admirar a su papá con una alegre actuación.
Si los actores hacen un buen trabajo, la casa donde se desarrolla la
mayor parte de la trama adquiere importancia y la directora pareciera
tratarla como un personaje más. Desde el inicio vemos una especie de
video donde vemos como la familia Guerra llegó a la casa 17 años
atrás y en varios momentos la casa forma parte del conflicto, ya sea
porque se quiere vender, por esas malditas goteras que aquejan
durante las lluvias, porque la hija mete al novio al sótano o porque
el señor Guerra tiene que meterse a escondidas o por alguna
remodelación, el espacio en que viven los personajes adquiere
importancia, como para establecer ese mensaje familiar de no hay
lugar como el hogar.
Sin grandes aspiraciones, “Aquí entre nos” resulta una funcional
comedia que entiende que su sentido es buscar el entretenimiento del
espectador y sin embargo, tiene momentos de delicadeza, de hilaridad
y cierta vulgaridad. Si bien el desarollo de la trama por momentos no
es tan equilibrado, la directora Patricia Martínez de Velasco logra
encontrar el equilibrio en los distintos tonos de humor sacándole
provecho a sus actores. Ese toque femenino se muestra en ciertas
conversaciones entre madre e hijas sobre sexualidad y hoteles, con
madre e hija arreglándose frente al malhumorado papá o en el viejo
novio que le trae regalos a las mujeres de la casa pero no al suegro.
Es cierto que no tiene el encanto de obras recientes como “Nosotros
los Nobles”, pero aún así resulta un
agradable producto de cine comercial que aspira a entretener y lo
consigue. Aquí entre nos uno podría ser más exigente, pero esta
cinta funciona bien.
Antojito
mexicano: Un helado cremoso bastante disfrutable.
Posibilidades
de Ariel: Si bien el cuadro actoral es destacable, ninguno brilla en
demasía como para considerar alguna nominación, pero apúntela como
ligera candidata a Mejor Ópera Prima.
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