miércoles, 18 de septiembre de 2024

Hola, mi vida

 

SCREAM QUEEN MEXICANAS AL TELÉFONO

Disruptiva Films causó sensación con su éxito de terror independiente "Huesera", la cual recibió numerosos elogios por su enfoque innovador en el género. Aunque personalmente encontré la película algo deficiente, sin duda marcó un momento significativo en el cine de terror mexicano. Ahora, con "Hola, Mi Vida", Disruptiva Films continúa rompiendo barreras al presentar a María Evoli como la protagonista del filme. Evoli, firmemente establecida como la scream queen de México, ha ofrecido actuaciones destacadas en películas como "Tenemos la Carne", "El Habitante", y "La Exorcista." Su talento versátil brilla nuevamente en "Hola, Mi Vida", donde interpreta a una mujer escéptica que no le gusta el terror, navegando con naturalidad desde una actitud desafiante hasta una vulnerabilidad que se convierte en miedo genuino.

Aunque Melissa Barrera no está en esta película, su éxito internacional en el terror estadounidense ofrece una comparación perfecta con el enfoque local de Evoli. Barrera se ha convertido en una celebrada scream queen en el mercado estadounidense e internacional, protagonizando importantes películas de terror en el páis de las barras y las estrellas, mientras que Evoli ha permanecido enraizada en el cine mexicano, creando un legado de terror igualmente impresionante pero más localizado. Ambas actrices destacan por anclar sus actuaciones en las intensas emociones del miedo y la vulnerabilidad, pero la dedicación de Evoli al terror mexicano solidifica su lugar como una potencia local única en el género.

"Hola, Mi Vida" presenta a dos mujeres a pie, discutiendo películas de terror. Una, interpretada por Karen Alicia, argumenta con entusiasmo que un reciente monstruo cinematográfico podría convertirse en un nuevo clásico del horror, mientras que la otra, Evoli, encuentra el terror aburrido. Cuando el personaje de Evoli se aventura en el bosque para ir al baño y se pierde en medio de una misteriosa niebla que sale de la nada, el debate juguetón entre las mujeres se convierte en un miedo real. La animada interpretación de Alicia como la amiga amante del terror destaca, especialmente ahora que está lista para convertirse en una scream queen ella misma, con su papel en la próxima a estrenarse "Masacre en Teques".

Tomando su nombre de la clásica canción vaudeville de 1899 "Hello, My Baby", el cortometraje juega de manera inteligente con el metahumor al estilo de "Scream" de Wes Craven, utilizando numerosos clichés del terror para dar en el blanco. Desde perderse en el bosque hasta la Promesa Irónica de decir: "Volveré", pasando por teléfonos que no funcionan, hoteles espeluznantes y una tormenta inminente, la película abraza todos los convencionalismos clásicos. El filme juega con la inquietante presencia de un antiguo teléfono, ahora reutilizado como un conducto para el mal. La que fuera una tecnología innovadora en la era del ragtime, el ahora omnipresente teléfono de estos tiempos se convierte en un vehículo para la amenaza sobrenatural en un guiño tanto a "El Teléfono Negro" de Joe Hill y su adaptación cinematográfica como a "Scream" de Wes Craven. La película habla sobre el miedo a no encontrar ayuda, fusionando esto con el capricho nostálgico de una canción clásica que trataba sobre las relaciones a distancia con el terror moderno de la desconexión del teléfono celular, donde la llamada del villano es tan ominosa como el tono distorsionado de una línea fija.

La voz de Mario Castañeda como el villano añade otra capa de inquietud. Conocido por doblar a personajes icónicos de la televisión como Gokú en "Dragon Ball" y Kevin Arnold en "Los años maravillosos," el tono familiar pero perturbador de Castañeda intensifica la tensión. Al combinarse con los orígenes juguetones de la canción (popularizada por el cortometraje clásico "Una rana cantante" de Chuck Jones), la película crea una mezcla única de nostalgia, escalofríos y una casi lúdica aceptación de los clichés del género.

"Hola, mi vida" comparte ADN con la película anterior del director Juan Pablo Villavicencio, "Mata al niño", aunque los tonos divergen. Ambas películas están ambientadas en el bosque, con "Mata al niño" siguiendo a dos jóvenes en cuatrimotos persiguiendo ciervos con un rifle. Mientras "Mata el niño" es más seria, tensa y guiada por una atmósfera de terror dramático de lento desarrollo (con un elemento de fantasía en la forma en que se comportan los ciervos), "Hola, mi vida" adopta un enfoque más ligero y juguetón. Aunque se inclina hacia la autoconciencia, no abandona los momentos tensos que hacen efectivo al terror. Donde "Mata al niño" sumergía al espectador en una inquietud sombría, "Hola, mi vida" mantiene su tono relajado, casi juguetón, haciéndola sentir como un comentario ingenioso sobre el género mientras aún ofrece algunos sustos genuinos. Ambas películas presentan protagonistas cuyo sentido de control se desmorona, pero Villavicencio parece haber encontrado un equilibrio entre tensión y humor en su último trabajo, creando una mezcla única de diversión, escalofríos y maestría en los clichés.

Con María Evoli y Karen Alicia ofreciendo actuaciones convincentes, "Hola, mi vida" marca otra adición destacada a la escena de terror en evolución de México, combinando humor meta con sustos genuinos y dando un empujón al creciente legado de las scream queens locales.

 

Antojito mexicano: Unos taquitos al pastor con piña y harta salsa. Obvio, es un cliché, pero tienen ese toque ácido de la piña con la frescura del cilantro y la cebolla, con un toque que empieza ligero y divertido, pero conforme masticas, los sabores se intensifican y te sorprenden con una explosión de picante justo cuando menos te lo esperas.

martes, 17 de septiembre de 2024

Aracne



 LA MALEVOLENCIA ARTÍSTICA

Con una premisa tan hermosa como grotesca, el artista visual Cremance sube el volumen del escalofrío a niveles aterradores en "Aracne", cortometraje donde una mujer atrae a sus indefensas presas  hacia una bañera, con movimientos hipnóticamente inquietantes, como si estuviera poseída por el espíritu vengativo de una Araña Escupidora. 

En "Aracne", la atmósfera está cargada de terror. Mientras los acordes disonantes de una perturbadora melodía se entrelazan con el inquietante crujido de unos coros percusivos, se teje un angustiante tapiz de disonancia, en medio de un entorno claustrofóbico que envuelve todo como un sudario frío e implacable.

Aumentando la sensación de terror claustrofóbico, la música, con sus escalofriantes pasajes a capela, pronto se ve acompañada por una instrumentación cruda y visceral que amplifica el horror, creando una experiencia auditiva tan primitiva como inquietante. Hay una cualidad esquiva en la melodía que sugiere un modo eólico menor, pero que parece estar armonizada con un toque frigio, aportando un matiz exótico y perturbador. Si está en Fa sostenido menor o modulando a través de un Do sostenido frigio es incierto, pero la progresión cambiante crea una sensación de desorientación inquietante. Este paisaje armónico ambiguo profundiza la sensación de pavor, envolviéndote en un capullo sonoro tan desconcertante como aterrador, lo que contribuye a la sensación general de inquietud pesadillesca.

Sumado a esta inquietante mezcla, está el hecho de que Cremance, orgulloso exalumno de La Esmeralda, lleva su formación en artes visuales a un nuevo y perturbador ámbito, más vanguardista que cinematográfico. La narrativa se siente como una pesadilla fragmentada, inicialmente dotada de un sentido escalofriante con sus mórbidos matices ritualísticos, solo para descender en una incomprensible locura, como si contempláramos el nacimiento de una ceremonia vudú conducida por un malévolo arácnido. Es como si su tiempo en la famosa escuela de arte de la Ciudad de México no solo hubiera refinado su técnica, sino que también le hubiera otorgado una capacidad de otro mundo para transformar lo mundano en lo macabro, donde el límite entre lo surrealista y lo tangible se difumina de la manera más inquietante, haciendo que el arte y el horror colisionen en un baño de perturbadora brillantez. 

 

Antojito mexicano:  Un mole negro oaxaqueño, una mezcla de sabores dulces y amargos que combinan lo ritualístico y lo artesanal para una experiencia envolvente, intensa, y de la que es difícil escapar.